martes, octubre 30, 2007

El Aguacatal «desenterró» a sus mártires

Santiago Leiva
Redacción Diario Co Latino


Dicen que un pueblo sin memoria es un pueblo sin identidad.

El sábado, habitantes del caserío El Aguacatal, en el cantón Volcancillo de Jocoaitique, Morazán, recordaron uno por uno a sus héroes de guerra que fallecieron durante el conflicto armado.

Los actos conmemorativos comenzaron el sábado y culminaron la madrugada del domingo. Hubo actos religiosos y culturales que incluyeron, teatrillos, testimonios de guerra, videos y sobre todo música popular con una variedad de grupos musicales.


La celebración se realizó en el «corazón» del Aguacatal, un predio baldío cobijado por árboles de «conacaste» en cuya sombra se refugió celosamente un campamento guerrillero durante el conflicto armado.

El afiche de un hombre con su arma alzada daba la bienvenida al lugar, mientras al interior, decenas de retratos con los nombres de los mártires parecían observar a la concurrencia compuesta por niños, jóvenes, adultos y hasta ancianos de la zona, que habían llegado para honrarlos.

El ambiente musical compartía escenario con la comida típica, pupusas y tamales pisques, puestos a la venta por personas de la misma comunidad.

«Ha sido un evento formidable y debe generalizarse por todo el país porque es la reconstrucción de un tejido social y sobre todo de un tejido que rescata la memoria de todos los combatientes, héroes y mártires», dijo Nidia Díaz, una de las invitadas especiales en la celebración.

La excomandante guerrillera, convertida hoy en diputada del PARLACEN, dijo que recordar a los héroes y mártires guerrilleros es como reafirmar compromisos.

«Ojalá se pudiera realizar también en San Vicente, Usulután, Guazapa y Chalatenango», expresó.

Mirna Perla, Magistrada de la Corte Suprema de Justicia, otra de las invitadas especiales, dijo que eventos como estos son importantes porque permiten a las nuevas generaciones conocer que los cambios que se dieron en el país, son el producto de la lucha organizada.

«Esta celebración es una forma de rescatar una gesta heroica que permitió cambios importantes en el país», Manifestó Perla, y añadió que tanto antes como hoy es necesario organizarse para defender los derechos conquistados.

Y es que según la magistrada se están dando cambios y señales que advierten que las conquistas de los Acuerdos de Paz están en peligro.

Perla argumenta su posición con los hechos ocurridos en Cutumay Camones, donde la policía actuó violentamente contra los habitantes del lugar y contra una protesta en Suchitoto, en julio pasado.

Personajes históricos
La celebración también reunió a los «Torogoces de Morazán», el grupo que puso a bailar a la guerrilla en tiempos difíciles durante el conflicto armado.

El sábado «Los Torogoces» actuaron y dejaron claro que aunque el tiempo ha pasado, su música y sus ideales siguen vigentes, principalmente en el corazón de los morazánicos.

«Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla y nosotros ya no queremos un Mozote, un Sumpul ni un Calabozo», manifestó Benito Chicas, conocido como Sebastián «El Torogoz de Morazán».

«Los jóvenes de nuestro país son los que tienen que darle continuidad a esos ideales de los compañeros caídos y nosotros como excombatientes tenemos la obligación y el deber de trasladarles a los salvadoreños esta memoria histórica», declaró Chicas.

Fidelia Márquez Amaya, hija mayor de la única sobreviente de la masacre del Mozote Rufina Amaya, dijo «siento felicidad y al mismo tiempo tristeza porque los que están en las fotos los conocí, fueron mis compañeros de lucha. Entre las fotos está un compa que fue mi novio, se llamaba Chito».

Este es el segundo año consecutivo que el Comité de Rescate de Memoria Histórica de Jocoaitique rinde honores a sus muertos.

En esta ocasión, el homenaje especial fue para Hildo René Tabora y José Petronilo Argueta, quienes ofrendaron sus vidas el 29 de octubre de 1979 en una manifestación popular en San Salvador.

Recolectar fotos e información de los combatientes morazánicos, según Silvia Hernández, coordinadora del comité, ha sido complicado, pero su esperanza y tarea es que nadie quede en el olvido.

«Al principio fue difícil porque las familias estaban traumadas, los padres no querían recordar a sus hijos muertos, pero poco a poco han ido dando información», manifestó.

Mirna Perla espera que esta conmemoración, con el tiempo se convierta en una tradición para la gente del lugar.

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