San Salvador, 27 oct (PL) El Salvador es el país centroamericano con mayor hacinamiento carcelario, con 17 mil 409 reos, revelaron hoy fuentes oficiales.
Cifras aportadas en el congreso de autoridades penitenciarias de Mesoamérica indican que a esta nación le siguen en ese orden, Honduras, Guatemala y Nicaragua.
Según el director de Centros Penales salvadoreño, Gílbert Cáceres, permanecen en las cárceles nueve mil 309 presos más, por encima de la capacidad de las 20 penitenciarías de la nación.
Para el funcionario la superpoblación penal se debe a que la Policía ha perfeccionado su metodología de investigación, hay más participación ciudadana en la identificación de los delincuentes, lo cual implica más reos.
Sin embargo, organizaciones civiles de la sociedad aseguran que el hacinamiento se debe a la falta de un proceso judicial justo, ya que muchos acusados permanecen internos por años sin ser juzgados.
Por otra parte, organismos humanitarios afirman que la política represiva del gobierno, en particular contra las pandillas o maras como también se le conoce a esos grupos aquí, sólo provoca el crecimiento de la cifra de reclusos.
Datos oficiales indican que la población pandillera en las cárceles salvadoreñas también es la mayor de la región con cinco mil 412 miembros de las diferentes bandas delincuenciales que operan en el país.
De la llamada Mara Salvatrucha, hay dos mil 779; de la M18, mil 867, y el resto, de otros grupos.
Cáceres reconoció que El Salvador es el país del área que más presos tiene por delitos contra la vida que suman el 52.5 por ciento de la población carcelaria.
Entre las medidas que pretende adoptar el gobierno para reducir el hacinamiento penal es la aprobación, por la Asamblea Legislativa, de un decreto para liberar a unos mil 600 reclusos enfermos, ancianos o que hayan cumplido la mayor parte de su condena con buena conducta.
El Salvador afronta una ola de violencia que deja un promedio diario de nueve homicidios y decenas de asaltos a mano armada.
Cifras aportadas en el congreso de autoridades penitenciarias de Mesoamérica indican que a esta nación le siguen en ese orden, Honduras, Guatemala y Nicaragua.
Según el director de Centros Penales salvadoreño, Gílbert Cáceres, permanecen en las cárceles nueve mil 309 presos más, por encima de la capacidad de las 20 penitenciarías de la nación.
Para el funcionario la superpoblación penal se debe a que la Policía ha perfeccionado su metodología de investigación, hay más participación ciudadana en la identificación de los delincuentes, lo cual implica más reos.
Sin embargo, organizaciones civiles de la sociedad aseguran que el hacinamiento se debe a la falta de un proceso judicial justo, ya que muchos acusados permanecen internos por años sin ser juzgados.
Por otra parte, organismos humanitarios afirman que la política represiva del gobierno, en particular contra las pandillas o maras como también se le conoce a esos grupos aquí, sólo provoca el crecimiento de la cifra de reclusos.
Datos oficiales indican que la población pandillera en las cárceles salvadoreñas también es la mayor de la región con cinco mil 412 miembros de las diferentes bandas delincuenciales que operan en el país.
De la llamada Mara Salvatrucha, hay dos mil 779; de la M18, mil 867, y el resto, de otros grupos.
Cáceres reconoció que El Salvador es el país del área que más presos tiene por delitos contra la vida que suman el 52.5 por ciento de la población carcelaria.
Entre las medidas que pretende adoptar el gobierno para reducir el hacinamiento penal es la aprobación, por la Asamblea Legislativa, de un decreto para liberar a unos mil 600 reclusos enfermos, ancianos o que hayan cumplido la mayor parte de su condena con buena conducta.
El Salvador afronta una ola de violencia que deja un promedio diario de nueve homicidios y decenas de asaltos a mano armada.
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