WASHINGTON - El gobierno de EE.UU. aseguró que respetará la voluntad del pueblo salvadoreño y trabajará "constructivamente" con quien gane los comicios presidenciales del próximo domingo, contrario a lo que han insinuado legisladores republicanos y funcionarios del gobiern salvadoreño, quienes incluso han sugerido que se cortarìa el flujo de las remesas familiares si llega a ganar el izquierdista Mauricio Funes, del Fmln.
"El Gobierno de Estados Unidos apoya el proceso democrático en El Salvador. Respetaremos la voluntad del pueblo salvadoreño y trabajaremos constructivamente con quien gane esas elecciones", dijo a una agencia internacional Heidi Bronke, portavoz del Departamento de Estado. "No apoyamos a ningún candidato en particular", enfatizó Bronke.
Según las encuestas, el candidato del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, aventaja, aunque por estrecho margen, a Rodrigo Avila, de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que gobierna el país desde 1989.
ARENA cerró su campaña política el domingo pasado advirtiendo contra el "socialismo" si ganase la izquierda.
Tanto líderes demócratas del Congreso como grupos cívicos y académicos mantienen una campaña de presión para que la secretaria de Estado, Hillary Clinton inste a los candidatos a que realicen unas elecciones justas y transparentes.
Esos grupos han condenado lo que consideran como una "campaña de miedo" en la que incluso se sugiere que, en caso de una victoria de la izquierda, EE.UU. revisaría su política exterior hacia El Salvador, se suspenderían las remesas y, peor aún, habría una deportación masiva de inmigrantes salvadoreños.
Aunque Funes se ha presentado como un líder de corte moderado y que apoya el libre comercio, los conservadores también han expresado preocupación sobre lo que significaría su victoria electoral.
Varios líderes republicanos enviaron incluso una misiva a Clinton en la que critican el "extremismo" del FMLN y advierten de sus posibles nexos con los regímenes de Venezuela, Irán, y Cuba.
Para Bronke, las cartas de uno y otro bando no son otra cosa que un reflejo de la libertad de expresión en Estados Unidos.
"En EE.UU., la separación de poderes y la libertad de expresión permite un debate en el que tanto miembros del Legislativo como grupos de la sociedad civil pueden expresar libremente sus opiniones", observó.
"Las declaraciones en las cartas de miembros del Congreso expresan sus opiniones. (...) No son la posición oficial del Gobierno de Estados Unidos", puntualizó.
"El Gobierno de Estados Unidos apoya el proceso democrático en El Salvador. Respetaremos la voluntad del pueblo salvadoreño y trabajaremos constructivamente con quien gane esas elecciones", dijo a una agencia internacional Heidi Bronke, portavoz del Departamento de Estado. "No apoyamos a ningún candidato en particular", enfatizó Bronke.
Según las encuestas, el candidato del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, aventaja, aunque por estrecho margen, a Rodrigo Avila, de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que gobierna el país desde 1989.
ARENA cerró su campaña política el domingo pasado advirtiendo contra el "socialismo" si ganase la izquierda.
Tanto líderes demócratas del Congreso como grupos cívicos y académicos mantienen una campaña de presión para que la secretaria de Estado, Hillary Clinton inste a los candidatos a que realicen unas elecciones justas y transparentes.
Esos grupos han condenado lo que consideran como una "campaña de miedo" en la que incluso se sugiere que, en caso de una victoria de la izquierda, EE.UU. revisaría su política exterior hacia El Salvador, se suspenderían las remesas y, peor aún, habría una deportación masiva de inmigrantes salvadoreños.
Aunque Funes se ha presentado como un líder de corte moderado y que apoya el libre comercio, los conservadores también han expresado preocupación sobre lo que significaría su victoria electoral.
Varios líderes republicanos enviaron incluso una misiva a Clinton en la que critican el "extremismo" del FMLN y advierten de sus posibles nexos con los regímenes de Venezuela, Irán, y Cuba.
Para Bronke, las cartas de uno y otro bando no son otra cosa que un reflejo de la libertad de expresión en Estados Unidos.
"En EE.UU., la separación de poderes y la libertad de expresión permite un debate en el que tanto miembros del Legislativo como grupos de la sociedad civil pueden expresar libremente sus opiniones", observó.
"Las declaraciones en las cartas de miembros del Congreso expresan sus opiniones. (...) No son la posición oficial del Gobierno de Estados Unidos", puntualizó.
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