Por Miguel Lozano
Caracas, 4 jul (PL).- El golpe de estado al presidente Manuel Zelaya frustró, al menos de momento, los beneficios para Honduras de Petrocaribe, un acuerdo que entrega combustible en condiciones beneficiosas a 18 países de la región.
El pasado 2 de julio el presidente Hugo Chávez anunció la suspensión de los envíos a Honduras, de unos 121 mil barriles diarios que se entregan como parte de los proyectos de producción de alimentos y de infraestructura de Petrocaribe.
El acuerdo surgió hace cuatro años como apoyo de Venezuela -quinto exportador mundial de petróleo- a los países de menos recursos de la región, en el contexto de un alza de los precios de los crudos debida en gran parte a la especulación.
Durante su existencia, Petrocaribe amplió su rango de acción hasta la construcción de infraestructura y programas de producción de alimentos con fondos obtenidos de las transacciones petroleras.
La caída posterior de los precios petroleros no detuvo la colaboración, por cuanto desde un inicio el acuerdo está sustentado en una franja deslizante que adecua las condiciones de pago al nivel de precios internacionales.
La iniciativa demuestra hoy que es una alternativa de los países subdesarrollados para acceder a la energía sobre la base del comercio justo, complementación y solidaridad.
Para el gobierno venezolano, Petrocaribe constituye una iniciativa que se corresponde con los principios de solidaridad que le lleva a "compartir generosamente ese patrimonio y esa riqueza", como señaló el presidente dominicano Leonel Fernández.
Según estimados de Petróleos de Venezuela (PDVSA) la porción financiada de la factura de lo entregado hasta 2009 representó un ahorro para los países receptores de 921 millones de dólares, recursos que facilitan proyectos de desarrollo en esas naciones.
En este contexto PDVSA ha constituido empresas mixtas con ocho países e inversiones conjuntas de 552 millones de dólares, para el desarrollo de infraestructura de refinación, almacenamiento y despacho de combustible.
La relación de obras incluye, entre otras, una planta de llenado de Gas Licuado de Petróleo en San Vicente y las Granadinas, una planta de almacenamiento y distribución de combustible en Dominica y la reactivación de una refinería en Cuba.
Los reportes indican que asimismo se pusieron en marcha proyectos de generación eléctrica en Nicaragua, Haití, Antigua y Barbuda, Dominica y San Cristóbal y Nieves.
La proyección va más allá del suministro estable de combustibles a precios justos, porque busca eliminar los intermediarios, al tiempo que estimula la construcción de obras sociales de educación, salud, vivienda, saneamiento ambiental y vialidad.
Petrocaribe también abarca proyectos en áreas como deportes, turismo y agricultura, financiados por el Fondo Alba Caribe, una institución que vincula el acuerdo energético con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), otra propuesta de integración regional.
El fondo ha entregado ya 106 millones de dólares para 69 proyectos en 10 de los países miembros de Petrocaribe y el lanzamiento de Petroalimentos, que contempla la creación de un Consejo Permanente de Ministros de Agricultura.
Precisamente, la primera reunión de ese consejo se realizó en Honduras, para establecer delinear iniciativas relacionadas con la seguridad alimentaria, una proyección del gobierno de Zelaya.
De esta forma los alimentos se sumaron al petróleo, gas, electricidad y energía renovable, entre las proyecciones del grupo.
Las propuestas de Petrocaribe incluyen el estudio de las potencialidades de instalación de microcentrales hidroeléctricas y otras fuentes renovables como la eólica, solar y geotérmica.
El alcance más ambicioso es el de crear la Matriz Energética del Caribe, para lo cual se inició el levantamiento de los potenciales de cada país, además de un plan maestro de suministro de gas natural en áreas del Caribe, Centroamérica y Suramérica.
Gracias a Petrocaribe sus miembros están cerca de la garantía de estabilidad energética, apoyados por la enorme riqueza de Venezuela, que este año espera concluir la certificación de 316 mil millones de barriles de petróleo y ocupar el primer lugar mundial.
Según la valoración de los expertos venezolanos, la marcha de Petrocaribe y su alianza con el ALBA, permiten augurar la creación de un polo de desarrollo regional y un espacio económico conjunto.
La perspectiva apunta también a un mejor posicionamiento de las pequeñas naciones, ante la posibilidad de asistir a foros internacionales con una voz común, sin descartar la posibilidad de alianza con otros polos de poder como China y Rusia.
Caracas, 4 jul (PL).- El golpe de estado al presidente Manuel Zelaya frustró, al menos de momento, los beneficios para Honduras de Petrocaribe, un acuerdo que entrega combustible en condiciones beneficiosas a 18 países de la región.
El pasado 2 de julio el presidente Hugo Chávez anunció la suspensión de los envíos a Honduras, de unos 121 mil barriles diarios que se entregan como parte de los proyectos de producción de alimentos y de infraestructura de Petrocaribe.
El acuerdo surgió hace cuatro años como apoyo de Venezuela -quinto exportador mundial de petróleo- a los países de menos recursos de la región, en el contexto de un alza de los precios de los crudos debida en gran parte a la especulación.
Durante su existencia, Petrocaribe amplió su rango de acción hasta la construcción de infraestructura y programas de producción de alimentos con fondos obtenidos de las transacciones petroleras.
La caída posterior de los precios petroleros no detuvo la colaboración, por cuanto desde un inicio el acuerdo está sustentado en una franja deslizante que adecua las condiciones de pago al nivel de precios internacionales.
La iniciativa demuestra hoy que es una alternativa de los países subdesarrollados para acceder a la energía sobre la base del comercio justo, complementación y solidaridad.
Para el gobierno venezolano, Petrocaribe constituye una iniciativa que se corresponde con los principios de solidaridad que le lleva a "compartir generosamente ese patrimonio y esa riqueza", como señaló el presidente dominicano Leonel Fernández.
Según estimados de Petróleos de Venezuela (PDVSA) la porción financiada de la factura de lo entregado hasta 2009 representó un ahorro para los países receptores de 921 millones de dólares, recursos que facilitan proyectos de desarrollo en esas naciones.
En este contexto PDVSA ha constituido empresas mixtas con ocho países e inversiones conjuntas de 552 millones de dólares, para el desarrollo de infraestructura de refinación, almacenamiento y despacho de combustible.
La relación de obras incluye, entre otras, una planta de llenado de Gas Licuado de Petróleo en San Vicente y las Granadinas, una planta de almacenamiento y distribución de combustible en Dominica y la reactivación de una refinería en Cuba.
Los reportes indican que asimismo se pusieron en marcha proyectos de generación eléctrica en Nicaragua, Haití, Antigua y Barbuda, Dominica y San Cristóbal y Nieves.
La proyección va más allá del suministro estable de combustibles a precios justos, porque busca eliminar los intermediarios, al tiempo que estimula la construcción de obras sociales de educación, salud, vivienda, saneamiento ambiental y vialidad.
Petrocaribe también abarca proyectos en áreas como deportes, turismo y agricultura, financiados por el Fondo Alba Caribe, una institución que vincula el acuerdo energético con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), otra propuesta de integración regional.
El fondo ha entregado ya 106 millones de dólares para 69 proyectos en 10 de los países miembros de Petrocaribe y el lanzamiento de Petroalimentos, que contempla la creación de un Consejo Permanente de Ministros de Agricultura.
Precisamente, la primera reunión de ese consejo se realizó en Honduras, para establecer delinear iniciativas relacionadas con la seguridad alimentaria, una proyección del gobierno de Zelaya.
De esta forma los alimentos se sumaron al petróleo, gas, electricidad y energía renovable, entre las proyecciones del grupo.
Las propuestas de Petrocaribe incluyen el estudio de las potencialidades de instalación de microcentrales hidroeléctricas y otras fuentes renovables como la eólica, solar y geotérmica.
El alcance más ambicioso es el de crear la Matriz Energética del Caribe, para lo cual se inició el levantamiento de los potenciales de cada país, además de un plan maestro de suministro de gas natural en áreas del Caribe, Centroamérica y Suramérica.
Gracias a Petrocaribe sus miembros están cerca de la garantía de estabilidad energética, apoyados por la enorme riqueza de Venezuela, que este año espera concluir la certificación de 316 mil millones de barriles de petróleo y ocupar el primer lugar mundial.
Según la valoración de los expertos venezolanos, la marcha de Petrocaribe y su alianza con el ALBA, permiten augurar la creación de un polo de desarrollo regional y un espacio económico conjunto.
La perspectiva apunta también a un mejor posicionamiento de las pequeñas naciones, ante la posibilidad de asistir a foros internacionales con una voz común, sin descartar la posibilidad de alianza con otros polos de poder como China y Rusia.
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