domingo, junio 25, 2006

Posada afirma que Washington conocía sus labores clandestinas

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

El militante anticastrista Luis Posada Carriles recordó ayer a las autoridades de Estados Unidos que sus labores clandestinas en Centroamérica fueron emprendidas en defensa de la seguridad nacional durante la lucha contra la insurgencia comunista en la región.

Y algo más: que esas acciones eran del conocimiento de los más altos funcionarios de Washington, incluyendo al entonces vicepresidente George H. Bush.


En una moción presentada ante un tribunal federal de El Paso, Texas, el abogado Eduardo Soto enfatizó que su cliente ha demostrado siempre ``absoluta lealtad a EEUU y nunca buscaría dañar a este país o su pueblo''.

El documento de 14 páginas busca que el tribunal rechace una solicitud del departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para impedir que se otorgue el habeas corpus a Posada.

Los alegatos del gobierno señalan que Posada, de 78 años, representa una amenaza a la seguridad nacional en atención a su larga trayectoria de actividades violentas, operaciones armadas y acusaciones de vínculos a atentados terroristas. El ICE continúa considerando la deportación de Posada a un tercer país que no sea Cuba ni Venezuela.

Pero Soto aseveró que ``el ICE no ha presentado hasta ahora ninguna comunicación oficial o documentación del Departamento de Estado que indique que a Posada le han ofrecido asilo o residencia en algún país''.

El juicio para considerar la libertad condicional de Posada se celebrará el próximo 6 de julio en El Paso, donde el exiliado cubano lleva detenido más de 180 días.

'El solicitante fue `nuestro hombre' en Centroamérica'', indica la moción. ``El aseguró el frente sur durante un período crítico [en los años 80], cuando la seguridad nacional estaba amenzada por formas totalitarias de gobierno en la Guerra Fría''.

Tras escapar de una cárcel de Venezuela, en 1985, Posada viajó a Centroamérica y trabajó como agente pagado en la base Ilopango, en El Salvador. Allí se encontraba con el seudónimo de Ramón Medina cuando se destapó el escándalo Irán-Contras en octubre de 1986.

Soto ha considerado incluso como posibles testigos del juicio al ex candidato presidencial John Kerry y al coronel Oliver North, ambos con significativos conocimientos sobre el caso Irán-Contras.

'Las mismas acciones que el gobierno respaldó en los años 80 para suprimir la insurgencia totalitaria y comunista de las guerrillas en Centro y Suramérica, está siendo ahora convenientemente caracterizada por el ICE como actos de `tortura y asesinato' '', apuntó el recurso legal.

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