San Salvador, 13 ene (PL) La Iglesia católica de El Salvador manifestó hoy su temor de que la campaña para las elecciones de 2009 devenga en una ola de violencia política.
Al respecto, el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Chávez, recordó que el pasado miércoles un encapuchado asesinó a balazos al alcalde Wilber Funes y a su secretaria Zulma Rivera, en una comunidad rural de Alegría, 116 kilómetros al este de la capital.
Durante su homilía dominical Chávez aseguró que la violencia desgarra el tejido social, al golpear salvajemente a la familia y la pacífica convivencia de los ciudadanos.
Antes de asumir en mayo de 2006, Funes, quien también era miembro del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional había recibido múltiples amenazas.
Las mismas se intensificaron luego de que el alcalde emprendiera un juicio para recuperar un bosque que funcionaba como parque municipal, el cual fue entregado por su homólogo anterior a manos privadas.
Informes recientes indican que en El Salvador se registra todos los días un promedio de 9,8 homicidios y decenas de asaltos a mano armada, lo cual hace del país -junto a Guatemala y Honduras- una de las naciones más violentas de América Latina.
Luego del asesinato de Funes el gobierno anunció una nueva ofensiva contra la violencia, en un intento por disminuir la tasa de criminalidad que afecta al país.
El plan de seguridad coincide, además, con un incidente que dejó cuatro personas muertas en la localidad de Santa Ana y con varios ataques a grupos de policías que realizaban labores de patrullaje en zonas de la capital
Al respecto, el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Chávez, recordó que el pasado miércoles un encapuchado asesinó a balazos al alcalde Wilber Funes y a su secretaria Zulma Rivera, en una comunidad rural de Alegría, 116 kilómetros al este de la capital.
Durante su homilía dominical Chávez aseguró que la violencia desgarra el tejido social, al golpear salvajemente a la familia y la pacífica convivencia de los ciudadanos.
Antes de asumir en mayo de 2006, Funes, quien también era miembro del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional había recibido múltiples amenazas.
Las mismas se intensificaron luego de que el alcalde emprendiera un juicio para recuperar un bosque que funcionaba como parque municipal, el cual fue entregado por su homólogo anterior a manos privadas.
Informes recientes indican que en El Salvador se registra todos los días un promedio de 9,8 homicidios y decenas de asaltos a mano armada, lo cual hace del país -junto a Guatemala y Honduras- una de las naciones más violentas de América Latina.
Luego del asesinato de Funes el gobierno anunció una nueva ofensiva contra la violencia, en un intento por disminuir la tasa de criminalidad que afecta al país.
El plan de seguridad coincide, además, con un incidente que dejó cuatro personas muertas en la localidad de Santa Ana y con varios ataques a grupos de policías que realizaban labores de patrullaje en zonas de la capital
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