Comunicado de Prensa: Red Ciudadana de Salvadoreños en el Exterior

Este comunicado salio publicado en La Prensa Grafica de El Salvador en la semana que recien finaliza.

A 14 AÑOS DE LA FIRMA DE LOS ACUERDOS DE PAZ

Han transcurrido 14 años de la firma de los Acuerdos de Paz. Tiempo suficiente para evaluar los resultados de tan importante acontecimiento. En este sentido surgen las preguntas, ¿Cuál fue la visión de Nación que se perfiló con esos acuerdos? ¿La Nación ha seguido el derrotero marcado por tal gesta histórica? ¿Cuál es el beneficio real que los salvadoreños han alcanzado en el terreno económico, social y político? ¿Quienes son los responsables de la actual situación?

Nosotros como Red Ciudadana de Salvadoreños residentes en el Exterior, entendemos que la guerra civil se dio porque no hubo alternativa: se habían cerrado los espacios democráticos, la injusticia social había alcanzado niveles insoportables y el pueblo era víctima de una brutal represión. Entendemos que los Acuerdos de Paz se firmaron una vez se llegó al convencimiento de que la guerra había ya arrojado un enorme saldo de muertes y destrucción, y que no habría un desenlace militar al conflicto armado. Era un imperativo terminar con la guerra y encausar la nación por un proceso que diera resultados inmediatos como la desmilitarización, la democratización y la reconciliación de la sociedad salvadoreña. En lo mediato se buscaba sentar las bases para un nuevo El Salvador, es decir, erradicar las causas estructurales de la injusticia social y del monopolio del poder económico y político. El espíritu dominante pareció ser que es el pueblo, el ciudadano, el ser humano, la razón de ser del Estado. Por ello, la esencia de los Acuerdos de Paz consistía en abrir el camino a un cambio histórico que garantizara democracia real y desarrollo humano.

Pero las cosas no han sucedido como se esperaba. Los Acuerdos de Paz se cumplieron solo parcialmente, porque las clases económicamente dominantes y los gobiernos que han dirigido la Nación desde la firma de los Acuerdos hasta la actualidad no han cambiado su mentalidad. Lo prioritario para estas clases fue y sigue siendo su enriquecimiento, y para los gobiernos valerse del poder político para asegurar las mejores condiciones para los grupos de poder económico que representan, sin importar las condiciones precarias en que las familias del pueblo reproducen sus “medias vidas”.Así, han dado la espalda a la visión de Nación para todos y se han concretado a consolidar las condiciones que favorezcan sus negocios y su mantenimiento en el poder.

Expresión de esta mentalidad es haber seguido las líneas de política económica contempladas en el “Consenso de Washington”, no siendo creativos y despreciando las particulares condiciones de El Salvador. Cuando esperábamos bienestar generalizado y que la familia se mantuviera junta, gozando del patrimonio nacional con su trabajo y las riquezas naturales, con dignidad y soberanía, lo que se tiene es una economía estancada, empleos limitados con salarios de hambre, una profundización de la desigualdad económica y un pueblo que se ve forzado a salir a diario y por cientos del país, porque éste no le ofrece las oportunidades para su desarrollo económico y social. La política económica vigente ha fracasado, ha llevado al país a lo contrario de lo que los Acuerdos de Paz pretendían. Si no fuera por las remesas que enviamos, las condiciones de hambre y desesperación llevarían al país al caos.
El propósito de los Acuerdos de Paz de tener un nuevo El Salvador ha sido desnaturalizado y nulificado. La Policía Nacional Civil se ha vuelto represiva y violadora de los Derechos Humanos; la familia, al no tener las condiciones dignas para el trabajo y la educación, se ha dividido para poder sobrevivir enviando algunos de sus miembros a los Estados Unidos y otros países. El costo social de esta determinación económica ha sido la desintegración familiar y la violencia.

El gobierno del partido ARENA está combatiendo la violencia de las maras con la violencia institucional, sin atacar las raíces del problema, sin ofrecer soluciones integrales que comiencen con un cambio en la política social. El hambre, la falta de mamá o de papá, la pésima educación pública y universitaria por falta de presupuesto, el costo altísimo de la canasta básica, no se ocultarán siempre por las campañas de propaganda en los medios de comunicación, que presentan el problema de la violencia como si surgiera de la maldad propia de los jóvenes. La verdad resurgirá y será apremiante hacer cambios en el rumbo y manejo de la violencia social.

Es inconsecuente que el actual gobierno del Presidente Bachiller Antonio Saca y su partido ARENA, continua propiciando la expulsión de salvadoreños al exterior, se valga de ellos para salvar la economía del país y no rechace tajantemente las leyes anti-inmigrante que se están impulsando en los Estados Unidos, por políticos derechistas. Son estos mismos políticos, como el Congresista Tom Tancredo de Colorado, quienes apoyaron abiertamente al señor Saca en su campaña presidencial y amenazaron que los inmigrantes corrían peligro de ser expulsados si ganaba el candidato de la oposición. Hoy son ellos mismos quienes se dedican a perseguir a los inmigrantes salvadoreños. Nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, para lograr trabajar y enviar sus remesas se ven sujetos a privaciones y sacrificios. Pero en El Salvador todo parece indicar que prevalece un sentido utilitario de la migración en el Gobierno y en los grupos opulentos de El Salvador: los inmigrantes valen sólo cuando envían remesas, pero son ignorados y despreciados cuando se les criminaliza y se les persigue.

Es fundamental que el pueblo salvadoreño y nosotros como parte de él en el exterior, demos la batalla porque se retome el espíritu y la letra de los Acuerdos de Paz. Es necesario que se retome el camino, en el que juntos, todas las fuerzas sociales y económicas, por el bien de todos, trabajemos por un nuevo El Salvador, caracterizado por condiciones de justicia social, de circulación de la verdad que libera y transforma, transmitida por medios de comunicación imparciales, valientes y objetivos. Encausemos a El Salvador hacia una democracia participativa y representativa, por el ejercicio de una soberanía que marque caminos propios a recorrer para resolver nuestros problemas, rechazando aquellas campañas políticas cuyo propósito es cautivar la conciencia o matarla.


¡Por un nuevo El Salvador, caracterizado porque en cada salvadoreño haya un sentimiento de dignidad y orgullo, porque la Patria amada sea patrimonio de vida para todos!

Red Ciudadana de Salvadoreños en el Exterior

Comites del FMLN en Ottawa, Toronto, Montreal, Edmonton, Calgary, Medicine Hat, Vancouver, Victoria, Nanaymo, Winnipeg, Canadá.Boston, New York, Maryland, Washington, DC, Virginia, San Francisco y Los Angeles, Estados Unidos., Australia y Europa