Por Victor Regalado
El Independiente - Un periodico para el cambio social"La gente que trabajaba en la Sección II de La Guardia Nacional no fue desmovilizada, sino que pasaron a trabajar en la clandestinidad para las estructuras políticas de la derecha". Eso es lo que afirma mi interlocutor.
Pienso que debe tener razón, o que sabe de qué está hablando pues trabajó para un cuerpo de seguridad y estuvo cerca de los temibles aparatos secretos dedicados al trabajo de persecución de opositores políticos.
- "Toda esa violencia que estamos viendo en El Salvador, de dónde piensa que viene, y quienes son los responsables", me lanza a manera de pregunta.
- Pienso que el crimen organizado está tratando de que el país sea ingobernable, que la gente tenga miedo y piense que había menos violencia con los anteriores gobiernos, respondo sin entrar en mayor análisis. Quiero saber lo que mi interlocutor sabe y piensa.
"Los mareros no son los responsables, ellos hacen lo que les dicen. Quienes están detrás son los que antes fueron de la Sección II de La Guardia y de los otros Cuerpos. Ahora son ellos los que sirven de enlace entre las maras y los meros del crimen organizado, y ahí puede estar seguro que hay militares metidos y todos esos que han sido presidentes por ARENA".
- ¿Y cómo lo sabe?, inquiero.
- "Y Quien más puede ser, siempre ha sido así. Cuando yo estuve en La Guardia el teniente Rufino Garay, jefe de la SII, seleccionaba entre los nuevos guardias a los que él consideraba que podían ser miembros de la Sección II, y esa era la gente que mandaban para que fuera a reprimir, torturar y matar a sangre fría"
- ¿Mataban gente en la Guardia Nacional?
- "Pues yo no sé si los mataban en La Guardia Nacional, pero ahí cerca de donde estaba el comedor para la tropa, habían unas matas de guineos para darle de comer a los guardias, ahí que busquen y van a encontrar restos de gente que fueron enterrados, y esos eran opositores políticos. En ese mismo sector habían unos barriles, que al principio yo creía que servían para quemar papeles, hasta que me di cuenta, y otro guardia me lo confirmó, que en ellos metían los cadáveres de opositores que habían sido capturados y les desfiguraban la cara con acido antes de irlos a tirar o enterrar, para que no los pudieran reconocer."
- ¿Y porqué hacían esas cosas?
- "Bueno, esas eran órdenes que llegaban de casa presidencial, del presidente Molina."
- ¿A usted le consta que de casa presidencial llegaban esas órdenes?
- "Claro, si mire, en La Guardia todo se llegaba a saber. Se supone que éramos gente de confianza del régimen. Eso sí, siempre éramos vigilados por guardias de la Sección II. Nos decían cosas para ver como reaccionábamos, y aunque a fuerza de ver tantas cosas, habíamos guardias que íbamos despertando, teníamos que quedarnos callados porque si no, nos mataban."
- Cuénteme de una orden que usted sabe que llegó de casa presidencial.
- "Si hombre, todos los guardias nos enteramos de lo que le voy a contar, y si no que pregunten, por hay andan algunos guardias que saben todo eso."
- ¿Y usted me puede dar los nombres de esos guardias?
- "Sí, por supuesto. Es más, hay unos que se han hecho borrachos o drogadictos, porque sólo así pueden soportar las pesadillas de todo lo que vieron o en lo que participaron. Han quedado enfermos."
- ¿Y no le da miedo saber esas cosas?
- "¿Cómo, cómo?. Ellos son los que tienen miedo, y cómo no lo van tener después de todo lo que han hecho. Ellos saben que cada día hay más gente que sabe todo esto. Lo que le estoy diciendo, no soy el único que lo sabe, los antiguos G.N. hablan de todo esto."
"Le voy a dar un ejemplo: hay un guardia de nombre Antonio Cortez que asegura que el verdadero asesino de Monseñor Romero es el teniente GN Carlos Amaya Rosas que fue miembro de la SII. En la guardia también supimos por casualidad algunos guardias, que el asesino de Rutilio Grande se llama José María Claros." Mientras pienso que el cerco en que se encuentran los antiguos represores civiles y militares, se estrecha cada vez más, pregunto:
¿Y la orden que me decía?
- "¡Ah! sí, la orden. El día 30 de julio de 1975 amanecimos de emergencia, es decir que estábamos concentrados y no podíamos salir aunque no tuviéramos nada que hacer. El portón principal del cuartel de La Guardia amaneció con una luz roja encendida, recuerdo que nosotros decíamos que parecía el foco de un prostíbulo."
"Como a la una de la tarde regresó de casa presidencial, todo azorado, el coronel Carlos Avilés."
"La orden era, ir y disparar contra los estudiantes para contener la
manifestación que venía de la Universidad Nacional. El coronel Mario Rosales y Rosales habló de aplicarles el artículo 7 de la cartilla de servicio de la Guardia Nacional. Cómo si el artículo 7 hablara de bajar mangos".
- ¿Qué dice el Artículo?
- "Sus primeras armas deben ser la persuasión y la fuerza moral, recurriendo a las que lleve consigo sólo cuando se vea ofendido por otras o sus palabras no hayan bastado. En este caso, dejara siempre bien puesto el honor de las armas."
"Sabíamos que para aplicar ese artículo era necesario que fuéramos agredidos, y lo que pasó en la manifestación es que los estudiantes eran gente desarmada gritando con carteles. Al comenzar la represión los estudiantes salieron huyendo, pero muchos guardias a pesar de eso dispararon, y a los que trataban de escalar un muro del Hospital del Seguro Social para escaparse, también les dispararon y a otros los mataron con machete en el jardín y zona verde del paso a dos niveles."
- "Ese día el teniente "Miquillo".
- ¿Cuál es su nombre?
- "No lo recuerdo, pero es de apellido Díaz Guillen, originario de Chinameca. Llegó a la Guardia procedente de Caballería. En los días de la guerra apareció en los periódicos con el grado de coronel y nombrado como jefe de la brigada de Santa Ana."
- Que pasó con el teniente "Miquillo".
- "Se comportó como un ser de lo más cobarde, hiriendo y matando estudiantes. Pero hubo guardias que auxiliaron a algunos estudiantes. Seguramente debe haber sobrevivientes de esa masacre, que pueden confirmarlo. Esos guardias en vez de disparar, metieron estudiantes en unos furgones para salvarlos, liberándolos después."
"La mayoría de guardias mataban estudiantes, mientras algunos guardias, a pesar del miedo de recibir una ráfaga de G3 por la espalda, recogíamos estudiantes heridos para ponerlos a salvo en el Hospital."
"Durante la masacre, se le quitaron cámaras y notas a los periodistas y fotógrafos para que no hubieran pruebas; luego llegaron los camiones cisterna para lavar la sangre que corrió por la calle. De regreso al cuartel, el jefe del operativo, el coronel Servio Tulio Figueroa, que durante el operativo llevaba lentes oscuros, ordenó que la caravana de la muerte, que éramos nosotros, pasara de manera amenazadora enfrente de laUniversidad para aterrorizar a la comunidad universitaria. Créame, que sentí vergüenza, la cara se me caía de vergüenza, igual que a otros guardias, que ingresamos a ese cuerpo creyendo servir a la patria. Ese día comencé a pensar seriamente en dejar todo aquello y desertar."
"Por eso le digo que detrás de los mareros está toda esa gente de los servicios especiales de los diferentes cuerpos. Cómo cree usted que los iban a dejar libres así nomás. Hoy trabajan para ARENA, y si no, que lo investiguen. Es lo que comentan algunos guardias."
- Guardo silencio frente a mi interlocutor, creo sentir lo que él siente mientras nerviosamente y con evidente dolor me cuenta todo aquello. Callo, miro a un lado y pienso que sólo ese tipo de gente, que mi interlocutor describe, son capaces de prenderle fuego a la gente mientras se encuentran amontonados en un microbús, sabiendo que no podrán escapar y que inexorablemente morirán en medio de las llamas. Sólo gente con esos sentimientos, si es que se les puede llamar sentimientos, pueden enseñarle a los jóvenes de las maras a cometer las atrocidades de las que diariamente nos enteramos. Sé que la persona que está sentada frente a mí, desertó de la Guardia Nacional.
La impunidad se acaba, hay gente que va a comenzar a contar lo que saben, y eso lo saben los represores y los que usaron sus cargos de gobierno para sus relaciones con el crimen organizado.