miércoles, agosto 29, 2007

Iraq: El tiro por la culata

Juan Carlos Díaz Guerrero

Redacción Central, 28 ago (PL) Si la intención del presidente estadounidense, George W. Bush, fue controlar la violencia e ingobernabilidad en Iraq con el envío en febrero de 30 mil nuevos soldados: el tiro le salió por la culata.

Recientes estadísticas indican lo contrario y las peores consecuencias se concentran en la población civil iraquí, con el aumento en el número de muertos y desplazados, desde febrero último, según organizaciones locales e internacionales.


Las más recientes revelaciones de los 16 órganos de inteligencia norteamericanos evaluaron que el incremento de efectivos hizo poco por conciliar los enfrentamientos de carácter confesional, y disminuir la violencia en sentido general.

Sobre este último aspecto consideraron que para los próximos 12 meses prevalecerá y se mantendrá alta, a la vez que vaticinaron de todavía más precario el desenvolvimiento del gobierno del primer ministro, Nuri al Maliki, para el venidero año.

En los últimos meses el índice de desplazamiento interno en Bagdad creció 20 veces, informó la Organización Internacional para la Migración de la ONU, que coincidió con evaluaciones hechas por el periódico The New York Times.

Cálculos muestran que en la actualidad el promedio de muertes en ese país árabe es de 62 por día, mientras en igual período del 2006 ascendía a 33, lo cual está asociado, entre otros factores, al uso indiscriminado de la fuerza por las tropas estadounidenses.

Los ejércitos de Estados Unidos e Iraq, apoyados por helicópteros y aviones de combate, llevaron a cabo operaciones contra la resistencia iraquí en varias regiones del país, con saldo de decenas de muertos y heridos.

Uno de los sucesos ocurrió en la localidad de Gobia, en la provincia de Diyala, al noreste de la capital, donde desde hace varios días miles de efectivos participan en misiones de combate.

Un primer bombardeo contra la zona dejó 13 muertos y en un segundo perecieron 20, las víctimas eran supuestos miembros de la resistencia, según comunicado del mando militar norteamericano.

El 24 de agosto otras 13 personas perdieron la vida y 20 resultaron heridas cuando aviones bombardearon de forma indiscriminada el barrio Shula, en el oeste capitalino, mientras decenas de familias dormían en los tejados para huir del tórrido calor.

Al terminar julio la cifra de civiles iraquíes muertos fue de mil 652, según los ministerios de Salud, Defensa e Interior, aunque medios periodísticos consideran que superó los dos mil, datos conservadores por las circunstancias en que vive el país.

Igual ocurre con los cadáveres encontrados en las calles, que tan sólo en junio fueron hallados 453, un aumentó del 41 por ciento respecto a enero, de acuerdo con recuentos de las morgues.

La Media Luna Roja iraquí estima que el número de nacionales desplazados también se duplicó desde febrero con el aumento de soldados estadounidenses, que suman hoy 162 mil, la cifra más alta desde la invasión y posterior ocupación.

Por lo menos 2,5 millones de iraquíes han huido de su país hacia otros vecinos y una cifra similar se convirtió en refugiados internos dado el deterioro de la situación desde marzo de 2003, según la ONU.

El órgano internacional específica que cada mes entre 40 mil y 50 mil iraquíes escapan, y al menos tres mil acuden a las oficinas de viajes, dijeron funcionarios de esa instancia.

Del total de desplazados, el 70 por ciento corresponde a mujeres y niños, reveló a su vez el UNICEF.

La presencia de más efectivos originó también el incremento de prisioneros en las cárceles dirigidas por Estados Unidos en Iraq, al crecer el 50 por ciento con respecto a febrero, en su mayoría ciudadanos iraquíes.

Para los ocupantes los resultados tampoco fueron halagüeños, si se tiene en cuenta que tan sólo en junio los ataques (tres mil 671) contra las fuerzas norteamericanas aumentaron un siete por ciento desde mayo pasado.

En junio el número total de ataques de todo tipo ascendió a cinco mil 335, para un promedio diario de casi 178 cada día, el dígito más alto desde mayo de 2003 y un 46 por ciento más que en el mismo mes de 2006.

Datos basados en informaciones del Pentágono refieren que de febrero a julio murieron en el Estado árabe 572 soldados estadounidenses, un incremento de 189 con respecto a igual período de 2004, 215 más que en 2005 y 237 más que en 2006.

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